Como nos habían dicho que es una ciudad que respeta mucho a las bicis pues decidimos verla desde esa perspectiva así que cargamos las bicis en el coche y para allí nos fuimos. Tras inscribirnos en un hotel a las afueras, cogimos el coche y llegamos a Pamplona, allí aparcamos cerca de un gran parque donde hay un montón de animales, ciervos, patos, cabras... bajamos las bicis y así recorrimos todo el casco viejo de Pamplona que es una maravilla. Cuando ya se hizo de noche, recogimos las bicis, y nos dispusimos a cenar, nos habían recomendado un restaurante pero cuando llegamos resultó que cerraba todo el fin de semana... la gente empezaba a llenar las calles para ir de pintxos, y los bares estaban llenos... aun era temprano y los restaurantes aun no servían cenas, así que dimos unas vueltas hasta que en un pequeño restaurante cenamos con tranquilidad.
De allí regresamos al hotel.
Al día siguiente amaneció completamente encapotado, bajamos a desayunar y nos pusimos hasta arriba ya que era buffet jijiji.
Con calma recogimos las cosas y nos dispusimos a regresar a Huesca dando una vuelta por los valles por si despejaba parar y dar una vuelta pero no hubo manera, la lluvia e incluso la nieve nos acompañó todo el camino, así que hicimos turismo de automóvil total.
Y aquí unas fotos de la excursión.
El parque
La ciudadela
El ayuntamiento
Roncesvalles
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